El rumbo de los derechos humanos y la protección a poblaciones vulneradas, haciendo un lado el estigma institucional que existe hacia éstas al llamarles vulnerables haciéndolas víctimas desde los espacios que deben de cuidarles, es totalmente incierto durante esta administración misma que ha abanderado, se ha mostrado sensible así como ha recibido el cobijo y simpatía de estos mismos sectores de la población que por años han sido ignorados y desprotegidos por administraciones insensibles e indolentes.
Recientemente el Consejo Para Prevenir y Eliminar la Discriminación, CONAPRED, invitó a la sociedad a un foro que se realizaría en línea, porque las condiciones durante esta pandemia permiten la convivencia a través de medios digitales, donde desde un inicio ponía en tela de juicio un tema muy sensible que por siglos ha afectado e interferido en la sana convivencia y desarrollo de las sociedades en México, por ser un país con gran diversidad cultural, américa latina y el mundo, el debate se llamaría “¿RACISMO Y/O CLASISMO?”. No solo es alarmante y de preocuparse por la postura que tomó el CONAPRED con la creación de este debate pues se pone en tela de juicio la existencia del RACISMO, que por siglos ha afectado la vida de muchas personas a través de pequeñas acciones como la expresión de palabras y actos hasta el despojo de sus tierras, la existencia de grupos de supremación, el robo de identidad, asesinatos con términos de exterminio y que incluso dentro de las instituciones encargadas de promover e impartir justicia son las primeras en obstaculizar el acceso a ésta cuando quién recurre a estas instancias es una persona indígena, no perteneciente a la población blanca de México y de clase media baja o baja.
En México y el mundo, sobre todo en poblaciones de América que es donde se violenta más por motivos “raciales”, el racismo es una de las mayores y más grandes armas que existe en las sociedades y ponerlo sobre debate exponiendo que se puede interpretar muchas veces como un acto clasista en lugar de racista es sin duda algo doloso y ruin y más aún por tener dentro del panel de invitados a una persona que desde sus plataformas, medios y espacios ha denigrado y expresado discursos que romueven el racismo, el clasismo, la misoginia, la homofobia y demás peyorativos a través de una supuesta comedia que más bien son actos de supremacía sobre personas y poblaciones en algún tipo de rezago por condiciones que muchas veces están fuera de sus propias capacidades poder resolver.
La creación e invitación a este debate que ataca la dignidad de las víctimas por racismo generó gran polémica en redes sociales donde académicos, sociedad civil y expertos en la materia se sumaron a señalar esta decisión, que debió pasar por el visto bueno de Mónica Maccise Duayhe quien fuera hasta ese momento presidenta del Consejo, y después de recibir severas críticas por todo tipo de personas y personalidades la que retumbó más e hizo mucho eco fue la de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente de la república, quién a través de un tweet en su cuenta personal cuestionara la invitación del comediante al debate bajo el argumento de que en ocasiones ha atacado y ha usado a su hijo menor de edad como objeto de burlas. El 16 de Junio en la mañana a través de un programa de radio Mónica Maccise canceló públicamente el evento bajo el argumento de que no habían condiciones para llevarlo a cabo y rescataba que el debate se había creado con la mejor intención para oír a personas con discursos y posturas disonantes. Ese mismo día se especulaba que Maccise renunciaría a su cargo en el CONAPRED situación que fue confirmada al día siguiente y ante tal acción la Secretaría de Gobernación contempla absorber las funciones del CONAPRED.
Otro aspecto para señalar es que hace un mes, en medio de la emergencia de salud por la que el país y el mundo está atravesando, cuatro integrantes del Programa Especial de Salud y VIH de la Comisión Nacional de Derechos Humanos fueron cesados de sus funciones sin alguna aparente justificación. Uno de ellos es una persona de la tercera edad, que vivie con VIH y a poco tiempo de poderse jubilar y gozar de las prestaciones que por ley le corresponden. También está el caso de otro abogado intachable y comprometido con el trabajo con la sociedad civil y las víctimas quién días antes recibió felicitaciones y reconocimiento por su trabajo por parte de su antiguo jefe y días después su correo institucional había sido de baja y se les notificaba que habían sido despedidos, pero sin alguna aparente razón o justificación.
Al momento activistas y organizaciones de la sociedad civil nos pronunciamos ante esta desagradable situación que pone en peligro la permanencia y existencia de dicho programa así como la protección de los derechos humanos y exigimos una explicación ante estos actos así como la restitución inmediata de las funciones que ejercían los afectados. Ante esto la CNDH emitió un comunicado muy breve donde decía que por motivos de renovación habían cesado de las funciones a estas personas así como señalaba que habían encontrado mal uso de los recursos destinados a este sector de la CNDH, cifras encarecidas por no decir “corrupción” dentro del órgano. A través de Reporte Índigo, el 4 de Junio después de que la CNDH compartiera un comunicado, los afectados hicieron una denuncia mediática así como expresaron que se están coordinando para interponer las demandas y/o apelaciones debidas a través las instituciones correspondientes.
Recientemente el escritor y periodista a través de su espacio en Milenio escribió una columna sobre el Programa VIH y la decisión que como señaló Raúl Albores, director del Programa Especial de Sexualidad, Salud Sexual y VIH, venía desde arriba y por lo mismo estaban cesados de sus funciones. En la denuncia que realizaron a través de Reporte Índigo los colaboradores señalan que aquel presunto mal uso de recursos era falso pues el programa de la CNDH es el que menos partida presupuestaria recibe y solo cuentan con un auto TIIDA al que los directivos tienen acceso, recalcaron la falta de sensibilidad y de tacto de Albores al tratar los temas así como su prepotencia y que limitaba las facultades a los miembros del programa obstaculizando así el desarrollo y acompañamiento oportuno para los quejosos. El 2 de Junio el periódico La Jornada dedicó una pequeña nota defendiendo la postura y decisión del órgano descentralizado encargado de defender, promover y difundir los derechos humanos.
Ambas situaciones nos hacen cuestionarnos el rumbo que están tomando las instituciones encargas de salvaguardar nuestra dignidad e integridad y acompañan en la búsqueda de restauración a los derechos humanos. La renuncia de Mónica Maccise también nos hace cuestionarnos sobre el perfil que deben llenar para asumir la dirección de estos espacios y es algo que el presidente se dio cuenta pues el 19 de junio se adelantó presumiendo que solo quiénes han sido víctimas de abusos, de humillaciones y discriminación pueden entender el sentido que deben de tener las instituciones para las víctimas y añadió que sería una mujer e indígena quién asuma el cargo del CONAPRED pues los pueblos indígenas han sido violentados. Ante todo esto se reconoce que quiera ser empático con los pueblos indígenas y demás personas que hemos sido víctimas de cualquier tipo de discriminación sin embargo se necesita abrir espacios y permitir el empoderamiento a personas de la diversidad sexual e identidad de género así como esperamos un actuar similar con la CNDH y se abra una investigación exhaustiva, como lo hemos demandado desde la sociedad civil, a las gestiones de Raúl Albores y se valore su actuar como titular de dicho programa.
Permitir y fomentar el empoderamiento de las víctimas es crucial para generar una verdadera reparación de los daños cuando esto se persigue y esto se realiza permitiéndoles el uso de espacios de opinión, permitiéndoles crear iniciativas o generación de ideas/políticas que aseguren la justicia integral a las demandas de las víctimas. Urge que se permita a las víctimas ocupar espacios pues solo ellas entienden al cien por ciento lo que sucede, solo ellas pueden generar debates donde no se ponga en tela de juicio y discusión si en verdad existe el racismo o es clasismo para bajarle el nivel de agresión y violencia que este reproduce sino se creen debates donde se señale porque el racismo en pleno siglo XXI sigue existiendo y como el sistema interfiere totalmente en su erradicación, como los medios de comunicación y quiénes están al frente de éstos y de espacios públicos piensan desde su privilegio e intentan generar un cambio de forma boba y superficial pues al mismo tiempo entienden y creen que a las víctimas o las poblacione vulnerables hay que tratarles desde la conmiseración, a las víctimas hay que oírles y no imponerles políticas fofas que no les servirán de nada si quién las promueve o crea jamás ha sido víctima de alguna situación. Exigimos que las demandas sean escuchadas y atendidas, que no haya más atropellos y que se considere siempre a todas las poblaciones.
Desaparecer espacios como el CONAPRED o el Programa Especial de Sexualidad, Salud Sexual y VIH de la CNDH sería un atropello y retroceso muy grande al cuál todos nos oponemos, asumir desde el ejecutivo que esos espacios fueron creados solo por burocracia y negar su labor y buenas gestiones es lo más absurdo, no se pueden ni deben cerrar espacios que se han visto envueltos en polémicas a causa de sus malos dirigentes, en ese sentido y dicho así lo que se debe replantear es el fortalecimiento urgente para combatir estos temas, fortalecer las instituciones y aquellos puntos débiles. Es absurdo que un ejecutivo que durante años se ha pronunciado contra el racismo hoy quiera desaparecer y considere innecesaria la existencia de un órgano como el CONAPRED, me atrevo a decir que tanto es el fortalecimiento que necesita el Consejo que debería considerarse su elevación urgente a rango de secretaría pues solo así podría generar leyes que protejan y eliminen el racismo, sanciones y trabajos coordinados y en conjunto con demás directrices.